En la actualidad, existe una gran preocupación por la salud y se reconoce a la alimentación adecuado como un instrumento para la protección contra el estrés oxidativo.
Los especialistas explican que el cuerpo, al envejecer, se oxida pro dentro y por fuera con el paso del tiempo, al igual que una manzana cortada. Si bien el oxígeno es fundamental para la vida misma, los avances médicos señalan que también es un elemento inherentemente peligroso como agente productor de toxinas y causante de lo que se denomina estrés oxidativo.
Cuando esta situación persiste en el cuerpo por un periodo prolongado de tiempo, es muy probable desarrollar una enfermedad degenerativa crónica tal como la osteoporosis, la diabetes, la hipertensión, etcétera.
¿Qué hacer para combatir los daños causados por este elemento? La respuesta está en una dieta equilibrada, ya que la mayoría de los antioxidantes proviene de los vegetales y de las frutas. Sin embargo, está claro que a pesar de que la ingesta de alimentos ricos en estas moléculas disminuye el riesgo de ciertas patologías, estos no modifican el deterioro normal de la vejez, ni hacen que vivamos más años.
No siempre es posible conocer a la perfección en qué consiste una dieta equilibrada porque el conocimiento de nutrición y salud cambia constantemente.
Las toxinas generadas como desecho de uso del oxígeno en la respiración durante la vida de una persona son la causa de las arrugas, la piel caída y las manchas de la vejez. Por otra parte el efecto de que la dermis esté expuesta a los contaminantes del aire, el sol y el humo del cigarrillo, también es responsable del envejecimiento que se percibe en el rostro de las personas.
A esta situación la llaman estrés oxidativo y la reconocen como factor que favorece enfermedades como el cáncer, derrame cerebral diabetes, demencia de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, artritis, entre otras.
Como medida a tomar, los médicos recomiendan consumir alimentos ricos en vitaminas, minerales y otros compuestos de vegetales que bloquean el efecto dañino de los procesos metabólicos respiratorios. Es decir, la mayoría de los antioxidantes se encuentra en alimentos saludables como frutas, legumbres, verduras, hortalizas y cereales integrales.

El dolor de cabeza es pasajero. En algunas ocasiones se calma tomando tés para tranquilizar los nervios y durmiendo lo suficiente. La migraña es un dolor en un lado de la cabeza, desesperante y recurrente, acompañado de náuseas, con el cual momentáneamente se afecta la vista debido a la intolerancia al ruido y a la luz.
Hay muchos remedios naturales para combatir tanto el dolor de cabeza como la migraña. Se toma diario en ayunas una cucharada de aceite de germen de trigo, una cucharada de aceite de olivo y aparte se toma el jugo de cuatro limones. Enseguida haga un licuado con dos cucharadas de semilla de linaza remojada desde la noche anterior o que hierva dos minutos en una taza de agua. Se pasa a la licuadora con dos cucharadas de miel de abaja y un trozo de sábila sin cáscara. Se toma sin colar.
También se prepara una cataplasma con una papa grande cruda rallada, se mezcla con una taza de lechiga finamente picada, se pone en una manta de cielo como si fuera una almohada angosta y se coloca alrededor de la frente y de la nuca. Se fija con una venda elástica y se deja dos horas o puede dormir así toda la noche.
Las yerbas medicinales son un gran auxiliar en cualquier padecimiento. En un litro de agua hirviendo ponga una cucharadita de las siguientes plantas: menta, albahaca, damiana, toronjil y jengibre, que hierva cinco minutos, que repose 20 minutos, se cuela, se endulza con miel de abeja y se toma como agua de uso.
Los jugos también son muy importantes. Prepare un vaso de jugo de zanahoria, se licúa con seis hojas de lechuga orejona y una manzana pelada y picada. Un vaso de jugo de naranja con una rebanada de piña, cinco ramas de perejil y dos cucharadas de miel, todo bien licuado y tome dos vasos de jugo de uva, bien lavadas y sin las ramas, se pone a licuar y se cuelan. Cada jugo se prepara al momento de tomarlo. También son muy necesarias las cápsulas de lecitina de soya, la jalea real, la levadura de cerveza en polvo y el polen de flores, disueltos en medio vaso de agua.