Monthly Archives: marzo 2012

Cuando los conquistadores ingleses llegaron a Australia, se asombraron al ver unos extraños animales que daban saltos increíbles.
Inmediatamente llamaron a los nativos (los indígenas australianos eran extremadamente pacíficos) y les intentaron preguntar mediante señas. Al notar que el indígena siempre decía “Kan Ghu Ru” y los conquistadores adoptaron el vocablo inglés “kangaroo” (canguro). Tiempo después los lingüistas determinaron cual era el significado, el cual era claro, los indígenas querían decir “No le entiendo”.

La vida es un cambio constante. Se es mucho más feliz conforme al grado de adaptabilidad que se tenga. Las personas inadaptadas son siempre individuos deifíciles y amargados, predisamente porque no pueden o no quieren adaptarse a las nuevas etapas o circunstancias de la vida. Vivir es adfptarse ya que cada día trae variantes y obstáculos a los cuales a veces debemos amoldarnos.
Hay un bello pensamiento que diec…Señor, dame la capacidad de cambiar lo que pueda ser cambiado, de aceptar lo irremediablemente y la sabiduría para poder distinguir entre estas dos situaciones.
La flexibilidad es la capacidad de entender circunstancias específicas y plegarnos para facilitar la conviviencia, mostrando y usando un criterio propio que nos permite cambiar cuando sea necesario. El criterio es lo que nos ayuda a resolver probloemas y a brincar obstáculos.

Cubierto de jiras,
al ábrego hirsutas
al par que las mechas
crecidas y rubias,
el pobre chiquillo
se postra en la tumba,
y en voz de sollozos
revienta y murmura:
«Mamá, soy Paquito;
no haré travesuras».

Y un cielo impasible
despliega su curva.

«¡Qué bien que me acuerdo!
La tarde de lluvia;
las velas grandotas
que olían a curas;
y tú en aquel catre
tan tiesa, tan muda,
tan fría, tan seria,
y así tan rechula!
Mamá, soy Paquito;
no haré travesuras».

Y un cielo impasible
despliega su curva.

«Buscando comida,
revuelvo basura.
Si pido limosna,
la gente me insulta,
me agarra la oreja,
me dice granuja,
y escapo con miedo
de que haya denuncia.
Mamá, soy Paquito;
no haré travesuras».

Y un cielo impasible
despliega su curva.

«Los otros muchachos
se ríen, se burlan,
se meten conmigo,
y a poco me acusan
de pleito al gendarme
que viene a la bulla;
y todo, porque ando
con tiras y sucias.
Mamá, soy Paquito;
no haré travesuras».

Y un cielo impasible
despliega su curva.

«Me acuesto en rincones
solito y a obscuras.
De noche, ya sabes,
los ruidos me asustan.
Los perros divisan
espantos y aúllan.
Las ratas me muerden,
las piedras me punzan…
Mamá, soy Paquito;
no haré travesuras».

Y un cielo impasible
despliega su curva.

«Papá no me quiere.
Está donde juzga
y riñe a los hombres
que tienen la culpa.
Si voy a buscarlo,
él bota la pluma,
se pone muy bravo,
me ofrece una tunda.
Mamá, soy Paquito;
no haré travesuras».

Y un cielo impasible
despliega su curva.

La dieta se sigue por 12 días en los cuales se pueden perder 10 libras (4.5 kilos) después de descansa por 2 días y se vuelve a comenzar.

Desayuno:
Media toronja, 2 huevos al gusto (sin grasa), 2 rebanadas de tocino.

Almuerzo:
Media toronja, ensalada sin aderezo, carne, pollo o pescado cocinado en cualquier forma (sin grasa) y comer tanto como se desee.

Cena
Media toronja, vegetales rojos o verdes cocinado al vapor con sal y especies o crudos, carne, pollo o pescado cocinado en cualquier forma y comer tanto como se desee.

Antes de acostarse (opcional)
1 vaso de leche descremada o jugo de tomate.

El motor del coche produce unas explosiones que generan gases, la fuerza de estos gases impulsa una pieza llamada pistón. El pistón transmite la fuerza hasta llegar a aplicarse al giro de las ruedas. El aceite es muy necesario porque, estos empujes producen rozamientos y aumentos en la temperatura que podrían dañar las piezas del motor. Se utiliza aceite mineral, que al introducirse entre las piezas las lubrica, permite que se deslicen fácilmente y las conserva en buenas condiciones.

Ingredientes:
500 gramos de texturizado de res de soya
1 clara de huevo
1 cebolla picada
2 ajos picados
200 gramos de flor de calabaza
1 tofu (queso de soya) cortado en cubos
Salsa verde o roja (opcional)

Procedimiento:
Remojar el texturizado de soya en medio litro de agua, mezclarlo con la carne, agregar la clara, salpimentar y dejar reposar 10 minutos. Sofreír la cebolla y el ajo, agregar las flores de calabaza y sazonarlas. Formar tortitas con la carne, rellenarlas con un poco de flor de calabaza y añadir dos cubos de tofu. Freírla en aceite hasta que se hayan cocido acompañar con salsa verde o roja.

Margarita, está linda la mar,
y el viento lleva esencia sutil de azahar;
yo siento en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.

Éste era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes.

Un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita, Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo:«¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?»

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad.»

Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar.»

Y dice ella: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté.»

Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver.»

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí.»

Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.