El centro religioso de la ciudad capital imperial mexica de Tenochtitlan lo construyó el gran Templo Mayor, una de las más importantes y altas estructuras arquitectónicas del valle de México. La ciudad se dividía en cuatro sectores que simbolizaban las cuatro direcciones de mundo, con el recinto ceremonial en el centro como quinta dirección. Es decir, la estructura urbana de Tenochtitlan tenía su centro en el Templo Mayor, de cual partían las calzadas que se dirigían en Tepeyac, Ixtapalapa, Tacuba, Texcoco y al acueducto de Chapultepec.
Su posición privilegiada permitió a los sacerdotes –astrónomos mexicas- usar este imponente edificio como un observatorio estelar para calibrar su calendario. El calendario solar estaba organizado en 18 periodos o “meses” de 20 días cada uno y cinco días adicionales llamados Nemontemi.
Los sacerdotes –astrónomos mexicas- podían registrar la coincidencia de puntos de referencia peculiares del horizonte con la posición del disco solar en ciertas fechas importantes para el ceremonial religioso, así como para el funcionamiento de su calendario.
Las ruinas del Templo Mayor, en la actual ciudad e México, la sucesora de Tenochtitlan, salieron a la luz a finales de la década de 1970 y principios de la década de 1980.

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