Deseo compartir con ustedes una experiencia relativa al beber y conducir con tragos.

Hace un par de días, estando con algunos amigos, luego de la comida mensual con ellos, al darme cuenta de que se me habia pasado la mano con el licor, hice algo que nunca antes había hecho, opté por tomar un autobus e irme a mi casa.

Llegar sano y salvo a mi casa fue una agradable sorpresa, considerando que nunca en mi pinche vida habia manejado un autobus y, ademas, no se donde demonios conseguí el que tengo estacionado frente a mi casa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *