Las ceremonias mayas eran una actividad sagrada a través de la cual el ser humano buscaba acercarse y tener comunicación con los dioses, se practicaban en los denominados centros ceremoniales con objetivos muy específicos, como para celebrar fechas importantes, rendir ofrendas como muestra de agradecimiento, saturarse de energía positiva, desechar energías negativas, o bien, pedir bienestar y sabiduría. Estos ritos los dirigía un sacerdote, quien definía la fecha más adecuada para llevarlos a cabo consultando el calendario maya sagrado.
Por ejemplo, el cha chaak es una ceremonia – que se sigue celebrando hoy en día- encabezada por una especie de chamán (individuo al que se le atribuye la capacidad de curar, de comunicarse con espíritus y de tener habilidades adivinatorias) y realizada para invocar al dios de la lluvia Chaac, cuando el calendario señala que ha llegado la temporada de cosecha. En la actualidad esta ceremonia es conside4rada por muchos una superstición que no tiene ninguna influencia para el bien de la cosecha, sin embargo, para los campesinos el camino elemental del proceso agrícola, tan importante como la siembra a la recolección.

Al estar basados estos acto en observaciones astronómicas, dichos rituales determinaban también las épocas más propicias para restaurar la armonía entre el hombre, su mundo espiritual y el mundo físico.

El juego de pelota conocido en la lengua maya como pok-ta-pok, fue una parte importante de la vida diaria de muchas civilizaciones prehispánicas como la olmeca, tolteca y azteca, se han descubierto campos en sitios arqueológicos de muchas culturas, uno de los más grandes es el de Chichén Itzá, de 170 metro de largo y 7’ metros de ancho. Aunque en cada civilización se jugaba diferente, la concepción básica y las ideas relacionadas a él son idénticas, un espacio estrecho entre dos muros colocados lateralmente que tienen una inclinación hacia adentro, donde jugaban dos equipos con una pelota hule que podía pesar hasta 4 kilos.
El objetivo del juego era pasar la pelota por unos aros de piedra que estaban a cada lago en lo alto de las paredes usando sólo las caderas, generalmente los ganadores eran objeto de honores y los perdedores tenían un destino más dramático. Esta ceremonia tiene importancia religiosa, ya que representa la lucha entre los dioses del inframundo y el cielo, o la lucha entre el día y la noche.
Después de la llegada de los españoles este juego fue prohibido por los conquistadores, ya que lo consideraban un rito pagano, aunque en la actualidad se practica en la parte central de México. El libro sagrado de los mayas el Popol Vuh, describe la historia del juego de pelota entre los héroes gemelos Xbalanqué y Hunahpú.

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