El término cambio climático suele usarse, de forma poco apropiada, para hacer referencia tan sólo a las alteraciones ambientales presentes, por lo que se le utiliza como sinónimo de calentamiento global.

Por ello, la convención de las Naciones Unidas usa el término exclusivamente para referirse a las modificaciones ambientales provocadas por la actividad humana (causas antropogénicas): Por “cambio climático” se entiende todo cambio ambiental atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima.

Los expertos aclaran que además del calentamiento global, el cambio climático implica perturbaciones en otras variables, tales como las lluvias –tanto globales como regionales- y sus patrones, la nubosidad y todos los demás elementos del sistema atmosféricos.

La complejidad del problema –y sus múltiples interacciones –hace que la única manera de evaluar dichas modificaciones sea mediante el uso de modelos computacionales, que representan la física de la atmósfera y de los océanos. A pesar de su complejidad y de su alta proporción de incertidumbre dichos patrones son capaces de anticipar consecuencias significativas –tanto económicas como a nivel biológico-.

 

 

 

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