Un señor está muy triste y le dice un amigo:
Oye, te ves mal, ¿Qué te pasa?
Y él muy afligido le contesta: Es que estuve a punto de atropellar a mi suegra.
Y el amigo le dice: Pero ¿Qué pasó? ¿Fallaron los frenos?
No, ¡Falló el acelerador!

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