La llegada de Año Nuevo es un evento de mucha importancia para la mayoría de las culturas, existen rituales y costumbres que caracterizan a cada región del mundo, y la celebran de acuerdo con sus creencias.

En México todavía se llevan a cabo prácticas que tienen su origen en la época prehispánica. Las culturas de aquel periodo celebraban el fin de un ciclo, y el inicio de otro, aunque no precisamente tenía la duración de 365 días. Los aztecas y los mayas realizaban ceremonias y sacrificios para dar gracias a sus dioses por la llegada de una nueva era, el elemento esencial en estos casos era el fuego, que significaba purificación. El ritual de uso del fuego se comparte en algunas regiones de la República, por ejemplo:

  • La comunidad agraria de los zoques, que habitan pequeñas regiones de Oaxaca, cada primero de enero, se disfrazan de viejitos, y hacen una representación del año viejo, al cual le prenden fuego.
  • En Ixmiquilpan, Hidalgo, los grupos étnicos otomíes del valle del Mezquital, acostumbran realizar las llamadas “lumbradas” cada primero de enero. Existen 50 barrios indígenas en la zona y colocan una hoguera en el atrio del ex convento de San Miguel Arcángel.

Una de las tradiciones más comunes de esta fecha, y que nos enlaza con otros países del mundo, es que esta celebración se armoniza con una o varias velas, las luces simbolizan energía renovación e iluminación, elementos relacionados directamente con el fuego.

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