
Este día se celebra la fiesta de todos los santos que tuvieron una vida ejemplar y de los niños difuntos. En las iglesias se acostumbra realizar altares a los santos y algunas familias realizan altares a sus niños muertos, ya sea en sus casas o en las lápidas en los cementerios.
Con ella los cristianos honramos la memoria de los santos no glorificados en la tierra. Unos son desconocidos, otros muchos no. Todos hemos conocido hombres y mujeres llenos de fe, que han vivido haciendo el bien, de manera sencilla. Esta fiesta se presta a pensar que en la paciencia, hay personas buenas, gente honesta, piadosa, que vive confiada en Dios y que hace mucho bien al prójimo.
Los altares son adornados con papeles de colores, flores de cempasúchil, etc., si el altar es para un niño se le ponen juguetes.