Las cordilleras que atraviesan la península de Baja California Sur fueron escenario de una intensa actividad cultural de grupos humanos prehistóricos, desarrollada a partir de la caza, la recolección y la pesca.
Las primeras referencias de arte rupestre en este lugar datan del siglo XVIII. Sin embargo, un hallazgo reciente de una punta de lanza de obsidiana y el descubrimiento que fue hecha con material proveniente del Valle Azufre, indica la presencia de hombres prehistóricos en la región desde hace al menos 10 mil años.
Actualmente, los cuatro sectores que han permitido una investigación completa de la arqueología y de la diversidad de zonas biográficas, presentes en la península y que “hablan” de los patrones de movilidad y desplazamiento de seres humanos antiguos son: el Desierto del Vizcaíno, la sierra, las Ladera Orientales y la Costa del Golfo.
Por otra parte, las figuras antropomorfas, pintadas en negro y rojo, blando y amarillo han sido localizadas en cientos de abrigos de roca. Por su monumentalidad, estas pinturas se colocan entre el arte rupestre más grande del mundo, y por la herencia cultural que representa. La sierra de san Francisco fue designada en diciembre de 1993 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

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