Bonampak (en maya, significa “muros pintados”), este sitio data de finales del Periodo Clásico (siglos VII-VIII) y está constituido por los vestigios de nueve edificios, así como diversos altares y estelas en bajorrelieve.
Fue descubierta en 1946 por el fotógrafo explorador G. Healy y representa una antigua ciudad maya, situada en la selva del norte de Chiapas, en México. Un camino de terracería conduce a este lugar a través de la Selva Lacandona y por una zona de hermosas cascadas que adornan las montañas chiapanecas, cercanas a San Cristóbal de las Casas.
Esta población es conocida principalmente por su conjunto de pinturas murales, entre las más destacadas de la América precolombina; de ahí el nombre que le dieron los arqueólogos. Sobresale también su naturalismo, el cual constituye un elemento importante para el conocimiento de los ritos, la vida cotidiana y el arte maya de toda la región.
En general, los frescos –en los cuales destaca el color rojo y el famoso azul maya- recubren los muros interiores, las bóvedas de los edificios y las habitaciones, además tienen representaciones de señores importantes, de sus mujeres, niños, criados, bailarines, músicos, así como asambleas de altos dignatarios y de guerreros, escenas de batallas y sacrificios humanos.

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