Monthly Archives: enero 2011

Mi ciudad
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La ciudad de México es el Distrito Federal, sede de los Poderes Federales de México. Es el centro político, cultural y económico del país. Es la ciudad más poblada del país y una de las mayores aglomeraciones urbanas del mundo. Para muchos visitantes es una gran sorpresa ver que es un lugar muy cosmopolita.
De grandes edificios que han ido erigiéndose a través de los siglos y modernos rascacielos rodeados de barracas estructuras, parques y avenidas bordeadas de árboles y mansiones con muros tapizados de bugambilias. Su ritmo es frenético, como el de toda gran ciudad, pero con un colorido latino muy distintivo.
La ciudad de México es rica en historia, cultura, entretenimientos, paisajes y sobre todo en gente muy amigable cuya hospitalidad brota de manera tan natural como sus sonrisas.


Las cordilleras que atraviesan la península de Baja California Sur fueron escenario de una intensa actividad cultural de grupos humanos prehistóricos, desarrollada a partir de la caza, la recolección y la pesca.
Las primeras referencias de arte rupestre en este lugar datan del siglo XVIII. Sin embargo, un hallazgo reciente de una punta de lanza de obsidiana y el descubrimiento que fue hecha con material proveniente del Valle Azufre, indica la presencia de hombres prehistóricos en la región desde hace al menos 10 mil años.
Actualmente, los cuatro sectores que han permitido una investigación completa de la arqueología y de la diversidad de zonas biográficas, presentes en la península y que “hablan” de los patrones de movilidad y desplazamiento de seres humanos antiguos son: el Desierto del Vizcaíno, la sierra, las Ladera Orientales y la Costa del Golfo.
Por otra parte, las figuras antropomorfas, pintadas en negro y rojo, blando y amarillo han sido localizadas en cientos de abrigos de roca. Por su monumentalidad, estas pinturas se colocan entre el arte rupestre más grande del mundo, y por la herencia cultural que representa. La sierra de san Francisco fue designada en diciembre de 1993 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.


Nacido Jesús en Belén de Judea en los días del rey Herodes, llegaron de Oriente a Jerusalén uno magos y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo”.
Cuando se enteró el rey Herodes, convocó a todos los jefes de los sacerdotes y los escribas del pueblo, les preguntó donde había nacido el Cristo. “En Belén de Judea”, contestaron.
Enseguida, Herodes llamó a los magos, informándose cuidadosamente acerca del tiempo de la aparición de la estrella. Y les dijo: “Id e informaos sobre ese niño; y cuando los hallés, avisadme para que yo también valla a adoradlo”.
Con este encargo, los magos se pusieron en camino la estrella iba delante de ellos, hasta que se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Entraron en la casa y vieron al niño con María, lo adoraron de hinojos, y abriendo los cofres en que traían sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Luego, advertidos en sueños por Dios de que no volvieran con Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Mt. 2, 1-12
Hoy por hoy, esta celebración se lleva a cabo con la llegada de los Reyes Magos a cada hogar donde vive un infante, quien con antelación mediante una carta le hace la petición del juguete anhelado, ya sea al mago de su preferencia o por qué no, a los tres para asegurar que su deseo será concedido. No puede faltar en la merienda la reina de este día, la tradicional Rosca de Reyes que de alguna forma sirve para estrechar los vínculos con la familia y los amigos.


El cuero cabelludo se reseca por la acción de productos químicos como los que usamos al peinarnos y por el efecto del clima.

Ingredientes:
1 cucharadita de aceite de almendras
½ cucharadita de aceite esencial (el que sea)
3 cucharaditas de crema de cuerpo

Preparación:
Calentar ligeramente el aceite de almendras y mezclarlo con los otros ingredientes. Aplicar la mezcla en el cuero cabelludo (con el cabello seco), presión. Dejar aproximadamente 20 minutos y lavar el pelo como de costumbre.


Ingredientes:
2 cdas. de aceite de olivo
3 rebanadas de tocino (picado)
1 cebolla grande
4 dientes de ajo agrandes (picados)
2 jitomates grandes (picados sin piel)
½ taza de vino blanco
½ taza de aceitunas enteras (deshuesadas)
½ limón (su jugo)
Pollo en piezas
Consomé en polvo
Sal y pimienta
Tomillo en polvo
Perejil (picado)

Procedimiento:
En el aceite de olivo se fríen las rebanadas de tocino hasta que esté dorado. Al pollo se le pone sal, pimienta, tomillo el jugo de limón y se deja freír con el tocino a fuego alto hasta que estén doradas todas las piezas. Se sacan de la cacerola a otro recipiente y en la misma grasa se fríe la cebolla cortada en trozos. Cuando esté acitronada se ponen los dientes de jo, se dejan freír unos segundos, se agregan los jitomates (para quitarles la piel se ponen 30 segundo en agua hirviendo, se secan y se refrescan). Cuando ya esté frito el jitomate se agrega el vino blanco, se ponen las piezas de pollo, se sazona con consomé se agregan las aceitunas, otro poco de vino, un poco de agua, se deja hervir 15 minutos y se salpica con perejil.


Soy el Año Nuevo, vengo a ti puro e inmaculado, acabo de salir de las manos de dios. Cada día es una perla de gran precio que te es concedida para que la ensartes en el hilo de planta de la vida. Una vez ensartada ya no puede desenhebrarse jamás, queda allí como un testimonio inmortal de tu fe y tu destreza. Debes fundir entonces cada minuto, como eslabón dorado, a la cadena eterna de las horas.
En tus manos te han sido entregados riqueza y poder para hacer de tu vida lo que quieras. Te doy, libremente y sin reservas, doce meses gloriosos de lluvia refrescante como una caricia, y de luz de sol con fulgores de oro. Los días para trabajar y recrearte en la belleza de las cosas; las noches para que duermas con un sueño tranquilo.
Todo lo que tengo te lo doy con un amor que no puede definirse. Todo lo que te pido es que no permitas que nadie profane tu fe ni oscurezca tu visión.

Anónimo.


Gracias, Señor, por todo cuanto nos diste en este año que termina.
Gracias por los días de sol, y también por los días nublados y tristes, por las tardes tranquilas y por las noches oscuras.
Gracias por la salud, y también la enfermedad, por las penas y las alegrías.

Gracias por todo lo que nos prestaste, y luego nos pediste.
Gracias, Señor, por las sonrisas y la mano amiga, por el amor y lo hermoso y dulce en nuestras vidas, por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y las almas buenas.
Gracias por la soledad, por el trabajo, por las inquietudes, también las lágrimas y todo lo que nos pudo acercar a ti.
Gracias por habernos conservado la vida, por habernos dado techo, abrigo y sustento.

¿Qué nos traerá el año que pronto comienza?
Lo que tú dispongas, Señor.
Pero sí te pedimos fe para mirarte en todas las personas y las cosas, te pedimos esperanza para no desfallecer ante ningún obstáculo, te pedimos caridad para amarte cada día más sinceramente y para enseñarles a amarte a quienes nos rodeen.
Danos paciencia, Señor, y humildad. Danos desprendimiento y generosidad.

Danos, Señor, lo que tu sabes que nos conviene y necesitamos y no sabemos pedir, danos el corazón abierto en todo momento, el oído atento, las manos activas y permite que nos hallemos siempre dispuestos a hacer tu santa voluntad.
Derrama, Señor, tu gracia poderosa sobre todos los que amamos, y concédele tu paz a mi país y al mundo entero.
Así sea.