Muchos es quejan de la vida, atribuyéndole todo lo malo que les pasa. No se dan cuenta de que la vida es un camino neutral donde el hombre libra sus batallas contra el mal y donde puede allegarse el bien.
De nosotros depende el resultado final. O nos dejamos derrotar por el mal y padecemos las consecuencias, o aprovechamos el bien y lo usamos como escudo en nuestra lucha contra el mal.
De lo anterior se desprende que podemos hacer de nuestra vida lo que queramos. La elección está en nuestras manos. Una buena vida significa vencer al mal; una mala vida significa ser víctima del mal, significa haber perdido la guerra contra el mal; o peor aún, haberse rendido sin luchar.

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