Una especie, vegetal o animal, está en peligro de extinción cuando su vida se encuentra en riesgo. Esto se debe tanto a la acción del ser humano (deforestación y contaminación ambiental, por ejemplo) como a cambios ambientales producidos por desastres naturales.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), autoridad internacional en materia de especies en peligro de extinción, las clasifica entres diferentes categorías: especies vulnerables, en peligro de extinción y en peligro crítico de extinción.

“En peligro y “en peligro crítico” se refieren a todas las especies que han mostrado oscilaciones en su distribución geográfica, acompañadas de una disminución de fragmentación. La UICN considera que la población de individuos maduros pertenecientes a una especie menor a los 250 ejemplares tiene probabilidad de entre 50 y 20 % de extinción en su forma silvestre. Dicha estadística, además se aplica si ocurre una fuerte disminución en poblaciones de organismos durante las últimas tres generaciones (casi 10 años).

La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) también clasifica y restringe el comercio de especies en peligro de extinción desde 1963.

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